Creo que todos los artistas (o casi todos) nos sentimos enormemente agradecidos cuando recibimos publicidad gratuita, ya sea de personas que suben nuestra obra en sus blogs recomendando nuestra obra o como acompañante de alguna pieza literaria o ensayo que ellos escriben, cosa que para mí es enormemente aceptable siempre y cuando se dé crédito por ello y no se lucre o imprima.
Pero también creo que hay ciertos límites respecto a ésto y considero importante que sepamos quién está publicando libremente nuestro trabajo y bajo qué motivos, y para darle un poco de consistencia a el por qué de pronto me ha preocupado, aquí viene mi caso:
En estos días en los que me he puesto a escribir un poco más y remodelar el blog, tuve la curiosidad de meterme a las gráficas de tráfico que están disponibles para los moderadores, cosa que siempre me permite ver de qué sitios o páginas web llegan más visitas (Es decir, a través de facebook, twitter, etc...). Gracias a ello, me di cuenta que recientemente, una gran cantidad de entradas provenían de un blog muy en específico el cual había estado promocionando mi trabajo últimamente, apoyando varios textos y siempre dándome crédito por ello
Hasta ahora todo parece bien y muy conveniente por el aumento de correos que estuve recibiendo con interés respecto a mi obra, pero el problema que yo tuve con esto es que el blog se trataba de un sitio que promueve la antivacunación. Llegué a la pronta conclusión que lo más prudente y coherente (siendo que yo considero anti ético el no vacunar a las personas), era que no se me relacionase a mí o a mi obra con ese tipo de movimientos.
Escribí a la persona encargada del sitio y tras un intercambio de correos (y propaganda incitándome a cambiar de idea) finalmente mis imágenes y los créditos fueron removidos del blog, aunque no de muy buena gana y dejando en claro que lo que yo hacía sólo me traería desventajas.
Para muchos puede parecer una exageración o inclusive una tontería, ya que hay casos de marcas y personas reconocidas que aún cuando trabajaron bajo causas poco éticas, su obra o producto continúa con prestigio, ejemplificando, los uniformes nazis que fueron diseñados por Hugo Boss. Pero a pesar de ello, considero importante que sepamos no sólo cómo mover nuestra obra, sino dejar claro a quienes disfrutan de ella el tipo de personas que somos que, si bien el trabajo por sí mismo hace su parte, siempre puede existir una apertura a la incongruencia.
No es tan gratificante tener publicidad gratis si a cambio, te vuelves en contra de las cosas que crees y esto es, a mi parecer, uno de los males más complicados en los que los artistas o músicos tenemos que enfrentarnos día a día.